En este mes, he estado muy liada, ya que me he
visto obligada a desmantelar la casa de mis padres, ¡que doloroso es! Cuantos
recuerdos, cuantos buenos momentos, también algunos malos, y ... ¡cuántas
cosas!
Es increíble lo
que 46 años de matrimonio, y un montón de mudanzas (con su correspondiente
limpieza de cosas), te hacen guardar y atesorar: recuerdos de viajes, de
amigos, de la infancia, y ¡yo que sé de cuantas cosas más! Lo peor de todo son
los recuerdos. La ilusión con la que mi madre fue comprando muebles, alfombras,
vajillas, cristalerías, ... Pues eso, ¡toda una vida!
Siempre pensando en nosotras, que no nos faltara de nada y que no sufriéramos en nuestras carnes lo que ella sufrió con la muerte de sus padres siendo tan joven. Los pocos recuerdos que guardo de ellos y de su casa, debido en gran parte a las luchas familiares para ver quien se quedaba con algo, y sin pensar en que quedaba una hija pequeña, a la cual la vida la privó de ellos y de sus cosas.
Pues sí, llego uno de los días que más temía de
mi vida, ¡el desmantelar la casa!, ¡cuánto he llorado!, cuanta impotencia de
ver que tienes que deshacerte de cosas, y no sabes ni de cuales ni cuantas.
Lo primero, fue repartir las vajillas,
cristalerías y cuberterías (ya se preocupó mi madre de que cada una de nosotras
nos lleváramos una, ¡todo a pares!). Luego, los muebles, unos a casa de mi
hermana, otros a mi casa, y otros al guardamuebles. Y por último, libros y
papeles, ¡qué horror! Mi padre, lector empedernido, ¿os imagináis lo que había?
¿y papeles? Incontables, ¡lo guardaba todo! Era incapaz de deshacerse de las
rentas, ¡por si las moscas!, aunque fueran de los años 90. Eso sí, todo en
sobres, con el año en cuestión, lo que ha facilitado en gran medida romperlos,
y echarles un vistazo rápido.
Y ahora ¿qué? Pues reubicarlo todo, y yo, de
vuelta a empezar a redecorar toda mi casa ¡otra vez! De momento, lo que está
totalmente decorado es el hall, donde he mantenido unos cuadros ingleses muy
bonitos de perros, y he cambiado la cómoda que tenía por una inglesa de estilo
Regencia, acompañada de una bonita lámpara. También he recolocado un reloj ingles
de pie, del mismo estilo que la cómoda, y que todavía no he puesto a funcionar.
Ta os iré contando cómo van quedando las cosas y
si puedo, iré acompañando la redecoración con algunas fotos del antes y después.
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